Reflexión del Agradecimiento y el Dinero

Dedicado especialmente a nuestros alumnos

NOSOTROS NO CREAMOS PROFESIONES, CREAMOS SUEÑOS.

Nunca hagas nada, esperando recibir algo a cambio. Entrega todo lo que puedas. Agradece por sobre todas las cosas. Si es algo material, dáselo a las personas más necesitadas. Si sabes de algo, trasmite enseñanzas. Solo así el conocimiento perdurará en el infinito.

Es increíble cómo funcionan las fuerzas cósmicas, las energías del universo. Para otros, es el poder del señor, de su dios. Sea de una manera o de otra, trabaja en función de que si perseveras y actúas humildemente y entregas sin pedir nada a cambio, serás recompensado. Muchas veces te llegará de la persona que menos esperas.

En el camino de la vida te encontrarás muchos que te ocupan más que otros y necesitan de ti. Hazlo con devoción. Pero debes estar preparado para no obtener resultados de ellos. Incluso es probable que no recibas nada de ellos.

De hecho muchos de los que más te necesitan, son los que menos te agradecen. Otros incluso te reclamarán que no los ayudaste lo suficiente. Sin entender que la AYUDA DEBE PROVENIR DE ELLOS MISMOS.

Te encontrarás aquellos que en sus reproches, te culpan por no obtener los resultados esperados. Repasarás en tu mente todo lo que hiciste por esa persona y es cierto que te disgustarás, pero agradece por sobre todas las cosas, por la oportunidad de entregar, aunque no lo reconozcan.

Tienes que ver a esa persona como el vehículo por el cual se canalizará tu ayuda a otros que sí te lo agradecerían y de los cuales no esperabas nada a cambio. Muchas veces de hecho para esas personas desagradecidas, la vida se encargará de pasarle factura. No tú, a ti no te corresponde.

No permitas que nadie influya sobre ti y cause disgustos. Aprende a pasar la página y a dejar que las cosas caigan por su propio peso. Continúa tu camino y no te desvíes. Nadie puede provocar en ti una reacción negativa, más que el interés propio de fortalecerte.

HAY UN SER HUMANO ESPERANDO QUE LO CONOZCAS

Hay un ser humano increíble dentro de ti. Aprende a descubrirlo. Ámate por sobre todas las cosas. Acéptate como eres. Enamórate de ti. Mírate en el espejo que tienes delante y analiza el otro espejo, el de tu vida. No culpes a los demás de tus actos: Pablo Neruda dijo “tú eres el resultado de ti mismo” y es completamente cierto.

Ten en cuenta que hay una sola persona, una única persona que necesita, más que a nadie tú ayuda. Existe un SOLO SER HUMANO QUE NECESITA TU AYUDA. En todo el universo esa persona reclama intensamente que sea ayudado por ti: TU MISMO.

SI, es correcto. Esto no es un sentimiento egoísta. Muy por el contrario. Si no eres capaz de ayudar a ese ser humano especial, que eres tú mismo, ¿cómo vas a ser capaz de ayudar a los demás?

Un maestro espiritual moderno compara la vida con los carritos que se utilizan en los hospitales. Estos están llenos de bandejas con dos o tres pisos. Cada bandeja es un pasaje de tu vida. En cada bandeja vas colocando lo que deseas para tu vida. No tienes derecho a culpar a los demás, si los 5 años anteriores no echaste en esas bandejas lo que deseabas de bueno para tu entorno y felicidad.

Sin embargo, SIEMPRE HAY UNA NUEVA OPORTUNIDAD. Hazlo Ahora. Pero si no accionas ten presente que tampoco debes lamentarte si a partir de este instante, no comienzas a trabajar en colocar en ellas, LOS PROXIMOS 5 AÑOS DE TU VIDA.

LOS RESULTADOS FUTUROS SON EL RESULTADO DE LO QUE SEAS CAPAZ DE HACER AHORA.

Hay una frase de José Martí, que es mi preferida, y es la que marca mi vida: “Quien quiere hacer busca medios, quien no quiere hacer busca causas” Podríamos enumerar infinidad de razones de porque no hacemos algo por nuestra vida: por falta de tiempo, por falta de dinero, por atender a los hijos, por atender a la familia, etc etc

Pues te debo dar una mala noticia: EL DIA TIENE LAS MISMAS 24 HORAS PARA TODOS, a lo que tú las dediques es tu problema. ¿Has pensando en algún momento que el día de las personas que son exitosas tiene 36 o 48 horas? NO, a nadie se le ocurriría. Pero esto es solo para demostrarte que el poder está en ti mismo. En lo que eres capaz de hacer en esas 24 horas.

EL DINERO Y EL AMOR POR LO QUE HACES

No te ocupes en producir dinero. Ocúpate en amar lo que haces. Escoge hobbies más que profesiones. Hacer lo que te gusta y te produce placer va a propiciarte la motivación necesaria para continuar cuando las fuerzas flaquean o que las cosas no te salgan como esperas.

Pasamos la mayor parte de nuestras vidas dedicados al trabajo. Entonces ¿piensas dedicarle la mayor cantidad de horas de tu existencia a estar disgustado, por un trabajo que no te gusta?

Steven Jobs el creador de Apple en una entrevista le preguntaron cuales eran los dos ingredientes fundamentales del éxito, y señaló: Amar lo que haces y rodearte de personas más talentosas que tú. Por lo tanto aplicas estas reglas.

Desecha lo que se salga de tu zona de gustos e intereses. Toma decisiones. No sientas temor a equivocarte. Rodéate de gente que te aporte, no que te reste. Crea alianzas estratégicas. Aprende de los demás, incluso de los que consideras estúpidos, se aprende.

Ten en cuenta que las personas más exitosas, se han equivocado decenas de veces. Sin embargo tienen algo que quizás te falta: la perseverancia. Lo intentaron una y otra vez, y no se dieron por vencidos. La palabra Nunca para ellos no tiene significado. Solo basta leer las historias de los fundadores de los grandes proyectos.

Seguro has escuchado que la felicidad es un estado mental y es completamente cierto. Trabaja en ello. Desbloquea tu mente y dale riendas sueltas a tu imaginación e intelecto. No siempre te ubiques en lo que te falta, mira hacia atrás y AGRADECE LO QUE TIENES y lo que has logrado.

La vida no es un camino recto y lineal. Aprende a soportar las curvas y sacar enseñanzas de ellas. AGRADECE SIEMPRE Y OCUPATE, NO SOLO TE PREOCUPES.

Estaremos a tu lado, dándote la mano y tratando de cubrir los vacios, de tus necesidades y anhelos. Siempre estaremos aquí para ayudarte, con la premisa de que NOSOTROS NO CREAMOS PROFESIONES, CREAMOS SUEÑOS.

 

 

Adalberto Ravelo